
Ahora que hemos explorado los conceptos de empoderamiento y evaluación de necesidades, vamos a centrar nuestra atención en el tema de la exclusión social, ya que es necesario entender a qué se enfrentan las personas en riesgo de exclusión para poder diseñar e implementar proyectos que tengan como objetivo apoyarlas.
Una ciudad es un lugar que tiene dimensiones tanto sociales como espaciales. Puede compararse a una arena, o a un escenario teatral, donde los actores representan sus papeles de la vida cotidiana. Es en los grandes centros urbanos donde encontramos todo tipo de diversidad y disimilitud de personas. Es fácil ver todo tipo de distancias entre grupos sociales extremos (por ejemplo, los que pertenecen a la clase baja y los que pertenecen a la élite) y todo tipo de desigualdades (basadas en el estatus, el prestigio, la procedencia, la religión, los recursos económicos, etc. de un individuo). Esta situación en las ciudades acaba provocando la segregación entre residentes que representan a grupos diferentes. Ya que los individuos que tienen opiniones similares, un estatus socioeconómico parecido y valores similares (como: privacidad, anonimato y seguridad, o familia, lazos de vecindad y cooperación) quieren ocupar territorios cercanos, que por otro lado están aislados de grupos que son completamente diferentes. Por eso, en los espacios urbanos contemporáneos se están formando guetos, habitados tanto por pobres y marginados, como por ricos y por la nueva clase media emergente, que a su vez se amurallan del resto de la comunidad.
Los guetos se han ido formando a lo largo de los años.
Estamos todos juntos en esto
La cuestión de la segregación socioespacial en las ciudades es de gran interés, por la riqueza y diversidad de los procesos y cambios que se están produciendo en las ciudades modernas, lo que hace que el tema que aquí se aborda tenga una dimensión actual pero también atemporal. Los países desarrollados concentran la mayor parte de su población en las ciudades y zonas urbanas. Por ello, el tema que aquí se aborda es tan relevante a la hora de diseñar proyectos destinados a crear zonas urbanas más inclusivas. El espacio urbano y las personas que viven en él son los que interactúan entre sí. El lugar donde nacemos, crecemos e interiorizamos todas las normas y valores aceptados en una determinada cultura tiene un enorme impacto en nuestra personalidad y en los grupos sociales en los que nos desenvolvemos. Pero las personas también influyen y moldean su entorno, realizando numerosos cambios y modificaciones, que pueden observarse en la imagen cambiante de la ciudad.